La decisión de Cristina Kirchner de impulsar la precandidatura de Wado De Pedro para competir contra Daniel Scioli en la postulación presidencial de Unión por la Patria ha puesto al ministro más importante del Gobierno, Sergio Massa, en una posición muy delicada.

Massa, quien se involucró directamente en la lucha interna por la candidatura presidencial única del oficialismo, ha sufrido dos derrotas consecutivas. Primero, su posición se vio debilitada cuando Daniel Scioli anunció su candidatura, y luego la vicepresidenta lo hundió aún más al elegir a De Pedro como su candidato. A pesar de haber abogado por una lista única durante varias semanas, Massa declaró en el último encuentro del Frente Renovador que estaba dispuesto a competir en unas elecciones internas, aunque hasta ahora no ha obtenido ninguna de las dos opciones.

Esta situación desfavorable se vuelve especialmente relevante debido a que Massa es el encargado de mantener la relación con el Fondo Monetario Internacional, un diálogo crucial para el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, quienes necesitan llegar al final de sus mandatos en diciembre.

El oficialismo se encuentra en una encrucijada: no ha concedido a Massa lo que buscaba, pero al mismo tiempo necesita fortalecer al ministro para que pueda mantener su posición. El mercado financiero detecta rápidamente cuando los funcionarios pierden poder.

Paradójicamente, la única buena noticia que podría obtener Massa es que el mercado interprete que la candidatura de De Pedro lleva consigo la desaparición de las posibilidades de continuidad del oficialismo. A diferencia de lo que ocurrió durante el último tramo del gobierno de Mauricio Macri, cuando la gestión se vio acosada por la fuga de inversores que buscaban escapar del regreso del kirchnerismo, si el mercado confirma que el kirchnerismo está dejando el poder, podrían empezar a notarse mejoras en los niveles de inversión y los indicadores del mercado de bonos y acciones.

En sus recientes actividades, Massa visitó al Senado para reunirse con la vicepresidenta Cristina Kirchner y luego recibió a los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil, y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Sin embargo, ninguna de las dos reuniones resultó exitosa. Con Cristina, Massa confirmó los rumores que circulaban, mientras que con los gobernadores la reunión fue breve y ambos insistieron en la necesidad de una lista unificada. Massa les respondió que él no era el destinatario correcto de esa demanda, indicándoles que hablaran directamente con Alberto Fernández, quien también les había dado una respuesta evasiva en su encuentro anterior.

Después de participar en una conferencia por Zoom con los funcionarios del FMI en Washington y de ver el partido de Tigre en su oficina de Economía, Massa afirmó que las negociaciones dentro del oficialismo continuarán hasta el sábado y que aún existen posibilidades de que el Frente Renovador obtenga buenos lugares en las listas legislativas. Se le ofreció encabezar la lista de senadores nacionales en la provincia de Buenos Aires