La Guardia Costera griega insiste en que su repetida oferta de ayuda fue siempre rechazada, incluso les devolvieron un cabo lanzado a la proa del pesquero.

En Atenas, unas doscientas personas han protestado frente a las oficinas de Frontex este domingo por la gestión de la ayuda al barco repleto de migrantes hundido frente a las costas de Pylos.

Le reprochan no haber intervenido antes para ayudar a las 750 personas que se calcula había en la embarcación.

Procedían de Pakistán, Siria, Egipto y los territorios palestinos. Solo se pudo rescatar a 104, todos hombres, a pesar de que viajaban numerosas mujeres y niños que fueron colocados en la bodega. Se consiguieron recuperar 78 cuerpos.

Se ofició una ceremonia religiosa en el puerto de Kalamata en memoria de las víctimas.

Sin casi comida y agua

Según dos de los supervivientes entrevistados por la prensa griega, durante los cuatro días de travesía apenas recibieron comida y agua y el motor del barco se estropeó varias veces. En una de ellas, cuando pasó cerca un barco comercial algunos egipcios le pidieron agua y la tripulación les lanzó algunas botellas.

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Por su parte, los guardacostas han declarado que lo siguieron desde que fue localizado por aviones de Frontex. Ofrecieron ayuda en varias ocasiones pero fue siempre rechazada. Incluso lanzaron un cabo a la proa que les fue devuelto.

Este lunes declararán ante la fiscalía los nueve detenidos, acusados de pertenecer al grupo de traficantes que organizó el viaje.

Las autoridades paquistaníes han informado de la detención a su vez del arresto de doce sospechosos de haber captado y enviado jóvenes a Libia para emprender el viaje ilegal a Europa.