Los dirigentes del cristinismo que participaron en reuniones previas a la inscripción formal de Unión por la Patria llevaron a cabo un último ensayo con el objetivo de modificar la oferta electoral. Máximo Kirchner transmitió un mensaje a estos dirigentes, dejando en claro que no cesará en su intento por convencer a Axel Kicillof de que abandone su plan reeleccionista como gobernador y encabece la boleta nacional.
La estrategia del presidente del PJ bonaerense consiste en circular argumentos para persuadir a la dirigencia cristinista de dos cosas. En primer lugar, destacando que Kicillof es, tanto por su trayectoria como por las encuestas, el mejor candidato para afrontar el desafío presidencial, especialmente si se llevan a cabo las PASO dentro del oficialismo. En segundo lugar, planteando que la negativa del gobernador no debería limitarse a decir que solo aceptaría la candidatura presidencial si se lo pide Cristina Fernández de Kirchner.
La clave de esta cuestión, que trasciende la estrategia electoral de este año y se proyecta hacia el futuro del espacio, parece estar en el hecho de que la vicepresidenta no ha solicitado personalmente a Kicillof que sea candidato a presidente. Según dirigentes cercanos a ella, aunque en conversaciones privadas admite coincidir con el diagnóstico de Máximo de que el gobernador es quien está en mejores condiciones para competir por la presidencia, no tiene intención de hacerle dicha petición. Sergio Massa, aliado del presidente del PJ bonaerense, también respalda esta postura, siempre y cuando él mismo, como parece indicar, no se postule para la presidencia.
En el “Modo Cristina”, la vicepresidenta ha decidido dejar que otros tomen las decisiones. Esta forma de decidir busca evitar que se la responsabilice por los resultados, tal como sucedió en 2015 y 2019. Por esta razón, Cristina no ha llamado ni llamará a Daniel Scioli para que decline su candidatura, a pesar de estar en contra de la realización de las PASO, como dejó claro en su última aparición en Río Gallegos. ¿Mantendrá esta distancia hasta el final o, cerca del cierre de listas, realizará una o varias llamadas para imponer su voluntad? Nadie se atreve a responder esa pregunta.
La falta de orden marca la relación entre los dirigentes que responden a Cristina. La incertidumbre de quién liderará el espacio si ella acelera el proceso de sucesión después de esta elección también se debate en la disputa entre Máximo Kirchner y Kicillof. El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, otro protagonista en esta contienda futura, logra conciliar su estrategia con la del jefe del PJ bonaerense, incluso si eso implica no declarar públicamente su deseo de ser candidato a presidente. Andrés Larroque, quien dejó La Cámpora y ahora lidera La Patria es el Otro, aclara que su jefa es Cristina.