Una nueva fase evolutiva de la internet, el Metaverso y toda la tecnología digital
que implica nos invita a pensar el lugar de la persona humana con todos sus
derechos y obligaciones.
La palabra Metaverso se origina en la novela Snow Crash donde se recrea un
universo virtual consensuado basado en nuestro propio universo, un mundo
ficticio y colectivo.
El Metaverso no es una plataforma sino un espacio virtual que diluye el límite de
la pantalla o temporalidad, ofreciendo una experiencia inmersiva que nos cambia
el modo de interactuar al no distinguir los entornos reales de los virtuales.
Tal como lo define su propia palabra, es un universo que está más allá del que
hoy conocemos, y son las empresas tecnológicas quienes están creando la
infraestructura para su funcionamiento, proceso del cual nos invito a ser parte.
Un metaverso es un entorno donde los humanos interactúan social y
económicamente como avatares en un ciberespacio, sin las limitaciones físicas o
económicas del mundo real.
Una nueva forma de vida, y contextos que avanzan día a día interpelan a
nuestro hacer.
Las herramientas 3.0 basadas en Blockchain e Inteligencia Artificial, nos trajeron
nuevas conceptos de propiedad y transmisión de derechos.
Hoy los creadores son una empresa o titular de la aplicación o de la plataforma
digital y los usuarios generadores de contenido, quienes, entre todos facilitan la
comunicación, el intercambio de información y la interoperabilidad con base en
la colaboración.
Una inteligencia colectiva acompasada con principios y ordenamientos que no
pierda a la persona humana como centro, que nos invite a reflexionar y darmarco a todos estos nuevos modos de ver la vida, de contribuir a vivirla con
dignidad.
El ecosistema digital como marco de una nueva era de la civilización humana nos
interpela a no permanecer como meros observadores.
La propiedad digital dada por la tecnología disruptiva de la blockchain que nos
aporta seguridad criptográfica, transparencia, unidad y autenticidad,
descentralización, protocolos abiertos y consensuados por la comunidad nos
ilumina un camino, hoy ya existen plataformas basadas en blockchain que
desarrollaron sus propios metaversos. Las más populares son Decentraland, The
Sandbox, Somnium Space, Roblox, Cryptovoxels.
Tanto en Estados Unidos como en Europa, en el metaverso, las marcas
minoristas buscan conectarse con sus consumidores, los agricultores prueban
tecnología y fabricantes reconfigurar sus fábricas.
El desarrollo de un ecosistema mundial justo, equilibrando intereses privados y
públicos en este escenario web 3.0 es una meta a plantearnos, una necesidad de
actualizar el contrato social de Rousseau, del derecho como orden social y la
libertad como valor inherente de la persona humana.
Lorena Ottaviano
Abogada Mediadora
Counselor Humanistica
@laottavian