Estados Unidos y China compiten por influencia en el continente americano, generando preocupaciones comerciales y militares

La Ruta de la Seda y el avance de la moneda china son motivo de inquietud para Estados Unidos en América

En un escenario de creciente rivalidad geopolítica, la influencia de Estados Unidos y China en el continente americano se ha convertido en un tema de gran relevancia. Ambas potencias buscan expandir su presencia y fortalecer sus lazos comerciales y estratégicos en la región, generando preocupaciones y tensiones en el escenario internacional.

China ha desplegado una estrategia ambiciosa a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como la Ruta de la Seda. Esta iniciativa busca promover la conectividad y el comercio a lo largo de una vasta red de infraestructuras que abarca Asia, Europa, África y, cada vez más, América Latina. La creciente presencia china en la región plantea desafíos para Estados Unidos, que históricamente ha considerado a América como su área de influencia.

La Ruta de la Seda ha generado preocupaciones en Estados Unidos debido a su alcance estratégico y económico. La creación de infraestructuras en países latinoamericanos, como puertos, ferrocarriles y redes de telecomunicaciones, ha despertado temores sobre posibles implicaciones militares y acceso privilegiado para la Marina china en la región. Además, el aumento del comercio y las inversiones chinas plantea preocupaciones sobre la competencia económica y la dependencia de la región de la economía china.

Otro aspecto que preocupa a Estados Unidos es el avance de la moneda china, el yuan, en el continente americano. China busca promover el uso del yuan como una alternativa al dólar estadounidense en transacciones comerciales y financieras internacionales. Si el yuan ganara mayor aceptación en la región, esto podría erosionar el dominio del dólar y debilitar la posición de Estados Unidos como la principal potencia económica mundial.

Estados Unidos ha expresado su preocupación por estas tendencias y ha intensificado sus esfuerzos para contrarrestar la influencia china en América. Ha fortalecido alianzas con países de la región, promovido iniciativas de inversión y comercio, y aumentado la cooperación en materia de seguridad. Además, ha implementado políticas para limitar la participación de empresas chinas en sectores estratégicos y ha promovido la diversificación de las fuentes de inversión y comercio en la región.

La competencia entre Estados Unidos y China por influencia en el continente americano continúa evolucionando y generando tensiones en el ámbito político, económico y estratégico. La región se encuentra en el centro de un juego de poder global que tiene implicaciones significativas para su desarrollo y estabilidad a largo plazo. El desafío para los países de América es navegar este escenario complejo y aprovechar las oportunidades mientras gestionan los riesgos asociados a esta rivalidad.

Osvaldo González Iglesias – Editor

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