Juan Schiaretti llega en una situación desfavorable a la reunión clave de este lunes de Juntos, donde se discutirá su incorporación a la coalición opositora. El peronismo cordobés tuvo un domingo lleno de derrotas en diferentes bastiones, lo que podría tener consecuencias directas en las elecciones provinciales dentro de tres semanas.
En La Calera, Anisacate y Santa Rosa, el peronismo perdió alcaldías estratégicas, lo que generó preocupación dentro del partido. En La Calera, una pelea entre los primos Facundo y Rodrigo Rufeil, actual y ex intendente respectivamente, dividió el voto del PJ y llevó a la victoria a Fernando Rambaladi, un dirigente de Encuentro Vecinal asociado con Juntos por el Cambio. En Santa Rosa de Calamuchita, gobernada por el PJ durante 36 años, el perdedor fue Claudio Chavero, candidato a legislador departamental en la boleta de Martín Llaryora. La derrota en Cosquín, la capital del folclore, también golpeó al schiarettismo, ya que Raúl Cardinali, del sector del peronismo liderado por Carlos Caserio, le ganó la elección a Andrea Montes, esposa del actual intendente Gabriel Musso.
Estas derrotas locales afectan al peronismo, ya que Juntos por el Cambio se entusiasma con obtener un buen resultado en las elecciones departamentales. Además, Federico Alesandri, intendente de Embalse y candidato a gobernador de Creo en Córdoba, espera que el peronismo de Calamuchita se acerque a su alianza. Carlos Caserio también se vio afectado, ya que su espacio retuvo las municipalidades que puso en juego, pero perdió la intendencia en Valle Hermoso.
La victoria de Natalia Contini en Anisacate también generó inestabilidad en el peronismo, que deberá abandonar la administración de esa municipalidad, otro bastión histórico. En este contexto, Nelson Luján, ex presidente del radicalismo, apoya a Martín Llaryora en lugar de a Luis Juez, lo que agrega tensiones internas al peronismo cordobés.