Ciudadanos denuncian a sus compatriotas por oponerse a la guerra, a la caza de traidores en Rusia

MOSCÚ – En Rusia, el clima de guerra con Ucrania ha llevado a un ambiente hostil y paranoico, donde los ciudadanos se denuncian mutuamente y se vigilan constantemente. Bajo el régimen del presidente Vladimir Putin, que reprime a los críticos de la guerra y a los disidentes políticos, las denuncias se han convertido en una herramienta de control y represión, recordando los tiempos más oscuros de la era de Joseph Stalin.

Las conversaciones privadas, incluso en restaurantes y vagones de tren, son objeto de escrutinio por parte de personas que llaman a la policía para denunciar a “traidores” y “enemigos”. Incluso las publicaciones en redes sociales y los mensajes en grupos de chat privados pueden ser utilizados como pruebas incriminatorias por los agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB), que llaman a la puerta de las personas.

Esta atmósfera de denuncias se amplifica a través de la propaganda en los medios de comunicación estatales y canales de Telegram, que difunden noticias de detenciones y procesamientos. Desde el inicio de la invasión, miles de personas han sido detenidas, acusadas penalmente o enfrentado persecución y hostigamiento por parte de las autoridades rusas.

La avalancha de denuncias ha generado un clima peligroso en los espacios públicos. Las aulas, especialmente durante las clases de los lunes por la mañana llamadas “Conversaciones sobre cosas importantes”, son particularmente arriesgadas, ya que los profesores adoctrinan a los estudiantes sobre la guerra de Ucrania y la visión militarista de la historia de Rusia.

El sistema de metro de Moscú se ha convertido en un escenario activo para las denuncias, utilizando su potente sistema de reconocimiento facial para perseguir a personas señaladas. Incluso situaciones cotidianas, como almorzar en un restaurante o mantener una conversación privada, se han vuelto tensas y cautelosas debido al miedo a ser delatados.

La mayoría de las denuncias son realizadas por personas que se consideran “patriotas” y guardianes de su patria, según los investigadores. Estas denuncias generan un clima de miedo y autocensura, donde los ciudadanos se sienten obligados a vigilar sus palabras y opiniones por temor a las consecuencias.

Esta oleada de denuncias refleja un régimen cada vez más autoritario y, según los expertos, con elementos de totalitarismo. A medida que Putin reprime a los críticos y perpetúa el clima de miedo, se prevén años difíciles en Rusia. Los ciudadanos se ven obligados a vivir en un estado constante de vigilancia y temor a represalias por expresar opiniones divergentes.

En resumen, el clima actual en Rusia durante la guerra con Ucrania se caracteriza por denuncias generalizadas, donde los ciudadanos se vigilan mutuamente y temen las consecuencias de expresar opiniones contrarias al régimen. Este ambiente hostil refleja una creciente represión y un régimen autoritario que recuerda los tiempos más oscuros de la historia de Rusia.

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