En el camino a las elecciones de 2023, se observa una clara división entre los partidos políticos en Argentina. El oficialismo liderado por el Frente de Todos, los opositores de Juntos por el Cambio, los partidos de izquierda y los liberales, están definiendo sus candidaturas y enfrentándose con declaraciones cruzadas.
En este contexto, hay provincias que ya están votando sus funcionarios provinciales, como San Juan, Tierra del Fuego y La Pampa, y el PJ cree que la situación se encuentra favorable al oficialismo. Sin embargo, en Tucumán, donde Juan Manzur ya no se presenta como candidato a vicegobernador, Osvaldo Jaldo tiene la oportunidad de ganar.
Mientras tanto, los gobernadores enfrentan sus propios desafíos, y aunque desconfían de la Casa Rosada, saben que es mejor “plata en mano y culo en tierra”. Además, algunos evalúan desdoblar las elecciones, como es el caso de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires.
En Santa Fe, ya se han cerrado las listas para las PASO del 16 de julio, y hay varias opciones para elegir. El PJ presenta a Marcelo Lewandowski como candidato a gobernador y Omar Perotti como candidato a diputado provincial. Juntos por el Cambio ha anunciado dos listas, lideradas por Carolina Losada y Maximiliano Pullaro. El Partido Socialista también tiene su oferta, con Mónica Fein y Eugenio Fernández.
En conclusión, la carrera electoral en Argentina se encuentra en pleno auge, con los diferentes partidos definiendo sus estrategias y presentando sus candidatos. Los ciudadanos seguirán de cerca la cobertura minuto a minuto hasta las PASO y los comicios generales de octubre.
La situación política del gobernador de la provincia de Tucumán, Juan Manzur, y su fracaso en su intento de postularse como candidato a senador por esa provincia en las elecciones nacionales de Argentina. El autor del artículo sostiene que Manzur mostró falta de habilidad y liderazgo en la manera en que manejó la situación y en cómo se comportó públicamente.
Varios ejemplos de los errores que cometió Manzur, como su reacción inicial al fallo de la Corte Suprema que suspendió las elecciones para revisar su candidatura, su evasión de los medios de comunicación y la militancia, y su posterior actuación exagerada en una plaza semivacía. También se menciona que su falta de éxito en la política nacional puede ser un indicador del declive del manzurismo, un movimiento político liderado por él.
En general, el artículo sugiere que Manzur ha perdido su capacidad de liderazgo y ha desperdiciado una oportunidad importante para su carrera política. Sin embargo, no se hace mención de otros aspectos de su gestión gubernamental en la provincia de Tucumán.
En relación a Tucumán y San Juan, resulta relevante mencionar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En este sentido, el destacado Oberdán Rocamora se refiere a la ausencia de política judicial por parte del Profesor Alberto Fernández, quien además carece de interlocución con la Corte.
El ministro Eduardo de Pedro, conocido como “El Wado” y vinculado a la Agencia de Colocaciones de La Cámpora, era el encargado de establecer el contacto entre el gobierno y la Corte, pero con Alberto no se comunica ni siquiera por WhatsApp. En diciembre de 2019, la ministra Marcela Losardo realizó una visita de cortesía a la Corte, y se registró un contacto con el ministro Soria para plantear una serie de reclamos. La situación judicial de la vicepresidenta, consecuencia del error compartido de haber nacionalizado su situación, había generado descalabros que la “política” corrupta intentó solucionar entregando a la vicepresidenta para purgarse.
Por su parte, Alberto Fernández, un profesor universitario y abogado con contactos en Comodoro Py, no hizo nada para resolver los problemas sin solución que arrastraba la vicepresidenta, convirtiendo al peronismo entero en víctima de la mala hotelería, un recurso de espuma que estaba superado desde Al Capone.