En medio de una crisis migratoria, más de 100 tiroteos masivos y negociaciones para aumentar el límite de la deuda de Estados Unidos, el presidente de los Estados Unidos Joe Biden anunció hace unas semanas sus pretensiones de buscar la reelección presidencial en 2024.
Pese a ciertos niveles de desaprobación debido a la edad del mandatario y cuestiones sobre el manejo del país, Biden sigue siendo la figura más fuerte del partido demócrata para las elecciones y muy probablemente sea candidato a la presidencia nuevamente.
Los tres años de su gobierno ha sido caracterizados por una crisis migratoria, una inflación no antes vista en 40 años y una crisis de opioides, entre varias cosas.
En MILENIO te presentamos tres puntos clave del gobierno del presidente que presume tener el gabinete más inclusivo del mundo.
Inflación más fuerte en 40 años
El último año de Biden fue caracterizado, entre otras cosas, con el nivel de inflación más fuerte que ha vivido Estados Unidos en los últimos 40 años.
Ante tal crisis, la administración de Biden tomó medidas como elevar la tasa de interés para evitar el endeudamiento de la gente y también alivios económicos para universitarios y otros sectores.
De estas últimas políticas destaca un programa para aliviar la deuda estudiantil de miles de estadunidenses que habían pedido un préstamo a bancos, sin embargo, este programa fue altamente criticado por opositores del partido republicano al punto de suspender el programa desde agosto, a pocos meses de que iniciara.
Guerra contra el fentanilo
La comunidad estadunidense vive una crisis de opioides marcada por la muerte de alrededor de 70 mil personas a causa de sobredosis por fentanilo y hasta 200 diarias en Estados Unidos.
Pese a que el gobierno de Biden ha inyectado presupuesto a la frontera para detener los cargamentos de fentanilo y recientemente se reportaron 3 mil 337 operadores del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación como parte del operativo Última Milla, miembros del partido republicano buscan medidas más severas.
Entre ellas destaca el catalogar a los cárteles mexicanos como agrupaciones terroristas y el enviar tropas estadunidenses a México para combatir directamente a los traficantes de fentanilo.