La artillería rusa bombardeó varios distritos varios residenciales de Jarkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, matando a decenas de personas. Con el avance ruso parado en Kiev, Jarkov, en el noreste de Ucrania, se ha convertido en un importante campo de batalla. Y allí el ejército ruso desplegó la brutalidad que venía guardando en lo que denomina su “operación militar”.
“Decenas de muertos y cientos de heridos. Este horror debería ser visto por todo el mundo. Jarkov acaba de ser bombardeado masivamente con grad” , dijo el asesor del ministro del Interior de Ucrania, Anton Gerashchenko. ‘Grad’, que significa ‘granizo’ en ruso, se refiere a un modelo de lanzacohetes múltiples de corto a mediano alcance que es usado por los ejércitos de la antigua Unión Soviética. El gobernador de Jarkov, Oleg Sinegubov calificó el bombardeo de civiles por parte de Rusia como un crimen de guerra y un “genocidio” del pueblo ucraniano.
Rusia se está ensañando con una ciudad donde el ruso es la lengua materna y preferida de cerca del 80% de los habitantes. Jarkov, con una población de 1,4 millones de habitantes, es la principal ciudad en el noreste de Ucrania y se encuentra cerca de la frontera con Rusia y de los territorios bajo control de los separatistas prorrusos (Donetsk y Lugansk).
Los ataques tuvieron lugar mientras funcionarios rusos y ucranianos se reunían en la frontera con Bielorrusia para discutir un alto el fuego.
El ejército ucraniano sigue resistiendo y el presidente del país parece dispuesto a cualquier cosa para que eso no cambie. Por un lado Volodimir Zelenski ha anunciado que pondrá en libertad a presos con experiencia militar que quieran sumarse al combate contra el ejército ruso. Por otro, su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, apeló directamente a los soldados rusos que luchan en Ucrania y dijo que recibirían una amnistía total y una compensación monetaria si deponían las armas voluntariamente.
PRIMERA RONDA DE NEGOCIACIONES
Tras días de reticencias ucranianas, delegaciones de Rusia y Ucrania mantuvieron negociaciones en la frontera bielorrusa. La delegación ucraniana incluía al ministro de Defensa y al viceministro de Relaciones Exteriores, mientras que la delegación de Rusia estaba encabezada por Vladimir Medinsky, asesor del presidente Putin. “La parte rusa, desafortunadamente, todavía tiene una visión muy sesgada de los procesos destructivos que ha lanzado”, dijo en Twitter el asesor presidencial ucraniano Mijailo Podolyak después de asistir a las conversaciones cerca de la frontera con Bielorrusia. La única buena noticia es que habrá una segunda ronda de negociaciones.
Putin se comprometió con el presidente francés, Emmanuel Macron, a evitar los ataques contra la población ucraniana, las viviendas y las infraestructuras civiles. Putin le exigió el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la desmilitarización de Ucrania.
AVANCES MODESTOS
La invasión rusa, el mayor asalto a un estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, está dando de momento unos resultados modestos a Moscú, pero el lento avance sigue. Alcanzado el quinto día de combates, ya dispararon alrededor de 380 misiles contra objetivos ucranianos.
El jefe de la administración regional de Jarkov, Oleg Sinegubov, denunció que la artillería rusa había alcanzado distritos residenciales a pesar de que allí no había posiciones del ejército ucraniano ni infraestructura estratégica. Un video publicado por el ejército mostró gruesas columnas de humo saliendo de bloques de apartamentos y destellos de llamas en un distrito del noreste de la ciudad. Los cohetes hacían estallar consecutivamente los muros de varios edificios de apartamentos. El brutal ataque sucedió en la misma zona que los rusos intentaron tomar el día anterior. “Esto está pasando a plena luz del día, cuando la gente ha salido a la farmacia, a comprar víveres, o a tomar agua. Es un crimen”, clamó Sinegubov.
Las fuerzas rusas posicionadas alrededor del perímetro de Jarkov han estado bombardeando sus áreas periféricas durante días. El domingo se produjo un “avance” ruso con blindados ligeros que penetraron en la ciudad, lo que provocó enfrentamientos callejeros e incluso la toma como prisioneros de varios soldados rusos, que fueron después expuestos en redes sociales.
Los invasores encontraron una fuerte resistencia de los ucranianos en el quinto día de conflicto. “Jarkov resiste. Esta mañana otro ataque fue rechazado. Jarkov siempre ha sido una ciudad especial, la segunda capital de Ucrania, y creo que el enemigo no pasará por allí”, dijo Aleksey Arestovich, asesor del jefe de gabinete del presidente.
Al caer la noche los combates seguían en el área de Dergachi. El ejército ucraniano mantiene la defensa en Volchansk y Prikolotny. La policía pide a los soldados del ejército ruso que se rindan o corran a casa: “Aquí no sois bienvenidos. Aquí os odian. Ucrania será libre”.
Muchas personas encontraron refugio en el metro. De vez en cuando se lleva comida a las estaciones: galletas o frutos secos, leche y fruta. También pañales y otros artículos de primera necesidad. Por la noche, la entrada al metro está completamente bloqueada, la puerta se abre con el fin del toque de queda, informa la prensa local. Diariamente persisten enormes colas en supermercados y farmacias, pero con el miedo a que la muerte vuelva a venir del cielo.
En Kiev las alarmas sonaron durante todo el día y en ocasiones se oyeron explosiones desde otros barrios de la ciudad. Las tropas rusas estarían a unos 25 kilómetros del centro, según imágenes de satélite, aunque algunas unidades rusas llevan días adelantando en la zona norte, en el oeste y en el este. Por la mañana las autoridades levantaron el toque de queda que había durado todo el fin de semana y los kievitas pudieron salir a comprar a las escasas tiendas que quedan abiertas.
También hubo combates alrededor de la ciudad portuaria ucraniana de Mariupol durante toda la noche. Y el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas habían tomado las ciudades de Berdyansk y Enerhodar en la región de Zaporizhzhya, en el sureste de Ucrania.